Pros y contras del proyecto de presa en Los Pilares

Tonatiuh Castro Silva

El proyecto de presa en Los Pilares, municipio de Álamos, en la región makurawe o guarijío, si bien es conocido desde hace un buen tiempo, finalmente ha sido anunciado a un nivel grandilocuente por parte del gobernador Padrés y un séquito de funcionarios federales y estatales. Dada la naturaleza de este tipo de obras de infraestructura que implican un masivo impacto ambiental y social, resulta útil retomar la ponencia presentada por la Doctora Teresa Valdivia Dounce, investigadora de la UNAM, el pasado mes de abril durante el III Congreso Nacional Proyectos de Desarrollo y Pueblos Indígenas, realizado en El Colegio de Sonora.
   En su ponencia “Pros y contras del proyecto de presa en Los Pilares, Sonora”, la Dra. Valdivia, especialista de la cultura makurawe desde hace tres décadas, analizó este proyecto contemplado por algunos grupos político-económicos para el sur de Sonora. Valdivia consideró que los riesgos de su construcción serían: cambio en la temperatura del agua y de la presa, cambio del clima local, contaminación del aire (por CO² y metano), afectación de la placa tectónica, transformación de la biósfera, proliferación de mosquitos (dengue y paludismo), pérdida de especies animales y vegetales, pérdida de cuatro panteones, de sitios arqueológicos, de tierras para la siembra, de viviendas, infraestructura, árboles frutales y plantas medicinales; pérdida de terrenos de solares para vivienda e instalación de servicios, pérdida de caminos y carreteras, muerte total de 300 kms. del río y etnocidio como consecuencia. Acotó que el proyecto carece de sustento en lo referente a la alimentación de la presa, dado el carácter cambiante del flujo, propio de un río del desierto.


   Respecto a los beneficios, señaló que se considera que consistiría en agua para riego en el valle del Mayo, beneficiando supuestamente a 11,700 usuarios –y afectando únicamente al 10% de la población, es decir, 72 ejidatarios–; en el control de sequía e inundaciones en el valle, y en la instalación de una hidroeléctrica en sociedad común. Indicó que, sin embargo, en cuanto al beneficio de la presa, los auténticos beneficiarios serían pocos agricultores; en cuanto al manejo del flujo, cuyo torrente cambiante históricamente ha causado problemas naturales de impacto social, resulta elemental la premisa de la limitada vida útil de toda presa, y con ello, de la solución que se cree brindaría en ese sentido. Por otro lado, refirió que se plantea que a los makurawe correspondería el 3% de sociedad, pero que no se cumple tal porcentaje.
   Por lo anterior, propuso: realizar un manejo integral de la cuenca del Mayo, distribución equitativa del agua entre makurawe y “yoris”, quitar presas, devolver los cauces del río, resembrar especies de fauna y flora, hacer pequeños represos y desazolvar.
   Como cierre de la exposición, Validivia convidó en el uso de la voz a Lino Leyva Zazueta, representante del pueblo guarijío, quien dijo que el proyecto no es viable, que afectaría sitios ecológicos y sagrados; despreció el ecoturismo, por considerarlo portador de enfermedades; sentenció que como consecuencia de sus implicaciones, la presa les destruiría el habla y su forma de pensar.

Foto: Niñas makurawe. Francisca Gastélum González.

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